viernes, 26 de febrero de 2021

RELAJACIÓN LA MONTAÑA Y EL MAR

Nos ponemos en una posición cómoda, sentados en el sofá, tumbados en una colchoneta, con los brazos extendidos cómodamente a los lados, las piernas estiradas, con los pies ligeramente abiertos hacia fuera, con disposición para relajarnos... Cerramos los ojos… y… sentimos nuestra respiración, tranquila, en calma.


A partir de este instante… vamos a tomar conciencia de nuestra respiración. Observamos como respiramos, sin preocuparnos por nada más, de igual forma en que miraríamos como se mueve la llama de una vela, observando sin juzgar.


Observamos nuestra respiración... sin modificarla, tomando conciencia de que algo respira en cada uno de nosotros, no nos cuesta esfuerzo respirar. Respiramos y nos llenamos de calma. Respiramos y nos llenamos de paz.


Vamos a tratar de imaginar o visualizar una serie de objetos y colores. Se os van a dar unas indicaciones básicas, aunque podemos añadir lo que deseemos para mejorar la visualización sugerida.


Vamos a comenzar imaginando un prado verde... del color verde que más te gusta... Visualizamos una extensión de hierba verde que se extiende hasta un bosque cercano... Observamos la hierba verde... los reflejos verdes del sol sobre la pradera... Extendemos la mirada hacia el bosque y vemos hojas de todos los tonos de verde posibles... Es relajante... muy relajante. El sol se refleja en las verdes hojas de los árboles. Se forman ante tus ojos diferentes tonalidades de verde que se reflejan entre ellas... Es hermoso y lo disfrutamos...


Respiramos tranquilos y en calma un aire puro, lleno del oxígeno que producen los árboles del bosque. Nos encontramos respirando aire puro... Con cada respiración nos relajamos más y más... Escuchamos el susurro que produce el aire al pasar entre las hojas de los árboles. Es relajante, muy relajante, escuchamos el sonido del viento en las hojas y nos relajamos... Nos quedamos por unos instantes observando el prado verde, los árboles centenarios, sus hojas hermosas... y sintiendo nuestra respiración.


Observamos nuestra respiración... sin modificarla, tomando conciencia de que algo respira en cada uno de nosotros. No nos cuesta esfuerzo alguno respirar. Respiramos y nos llenamos de calma, respiramos y nos llenamos de paz.



A partir de este instante… vamos a imaginar una playa de arena dorada. Es del tipo de arena que más te gusta. Tiene un bonito color bajo el sol. Disfrutas observando... Te gusta esta playa... La visualizas... Miramos hacia el horizonte y observamos un mar tranquilo y azul que se desliza con suavidad hasta la orilla. Lentamente las olas se deshacen y escuchamos el dulce sonido de su espuma.


Visualizamos toda la playa, el mar azul... la arena dorada... Nos tumbamos sobre la arena y resulta muy placentero sentir su calor... La energía del sol acumulada en los granos de arena entra en tu espalda. Te relaja. Sientes ese calor acumulado… como se infiltra en tu espalda... Es relajante... Muy agradable... Es una bonita sensación... El mar azul... El cielo azul, sin nubes... el sonido del viento en las hojas de las palmeras que hay detrás de ti... El calor en tu espalda... El sol acaricia tus brazos y los calienta... Notas el calor de la arena… te encuentra a gusto, aquí y ahora.


Te relajas más y más... El sol calienta tu pecho y tus piernas... Tus piernas sienten el calor de la arena. Escuchas el sonido de las olas que se mecen en este mar azul y tranquilo... Bajo este cielo azul... Escuchas el sonido del viento en las hojas de palmeras... Percibe el olor al salitre del mar azul... Tomas conciencia de tu cuerpo descansando relajado... Más relajado.


Tomas conciencia de este estado de conciencia. Es relajante, lleno de paz y tranquilidad... y...


Nos preparamos para terminar el ejercicio... conservando todos los beneficios conscientes o inconscientes que nos aporta...


Contamos lentamente 1... 2... 3... abrimos y cerramos las manos lentamente tomando conciencia de las articulaciones de los dedos... Tomamos aire con más intensidad... Realizamos una respiración profunda... y abrimos los ojos... Conservando el estado de relajación y calma que hemos logrado con este ejercicio de relajación.

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