Con 21 años tuve mi primer teléfono móvil y de eso hace ya casi otros tantos 21 años. Lo tuve más que nada como un capricho que me permitía el que por aquel entonces era mi primer trabajo oficial, pero lo cierto es que no era una persona a la que cualquiera necesitase localizar inmediatamente ni tampoco solía hacer muchas llamadas.
Muy pronto aprendí a conectar el ordenador al teléfono móvil y navegar con él por una Internet aún bastante imberbe, o por lo menos bastante diferente a como la conocemos hoy. También tuve una línea de fax móvil, principalmente porque quería saber cómo funcionaba y si era posible. Quitando de algunas personas de la élite empresarial, seguramente sería yo uno de los pocos don nadie que sabía y podía hacerlo. Poco tiempo después instalé una de las primeras líneas RDSI en mi habitación. Aquello me permitió hacer algunos cursos on-line. Después me mudé y sólo me conectaba a Internet con el ordenador a través del móvil. Con 1Gb tenía de sobra para publicar en mis bitácoras, consultar el correo y buscar algo de información en la red.
Ahora ya tengo fibra en casa y 2Gb de datos en el móvil. Con lo que me ofrece mi operador, con una modesta tarifa tengo mucho más que suficiente. Todo entra en el paquete ofertado, pero lo cierto es que yo no necesito tanto. Muchos se sorprenderían preguntándose qué se puede hacer con un ordenador sin Internet, pero para mí lo cierto es que mucho: escribir, dibujar, maquetar libros, hacer carteles y dípticos, editar vídeos... Quizá empecé muy pronto a estar conectado a la red y por esto me conecto prácticamente para lo mínimo, para documentarme sobre algo concreto, descargar el correo o publicar en mis bitácoras o hacer algún curso de mi interés, siempre tratando de hacer todo lo posible sin depender de la conexión a la red. Así pues, si alguien espera encontrarme entre las redes sociales o en el conocido y ampliamente utilizado programa para chatear desde el móvil, lamento informarle que soy una persona bastante desconectada de este mundillo. Me conecto únicamente de forma muy puntual cuando tengo una determinada tarea que llevar a cabo o una consulta que hacer en la web. La mayor parte del tiempo tengo los datos deshabilitados en el móvil y con mi ordenador personal, trabajo casi siempre desconectado de la red. De modo que si por casualidad a alguien le urge enviarme un mensaje, le informo que se olvide de los SMS, chats de mensajería instantánea, correos o redes sociales y me llame al móvil, que lo suelo llevar casi siempre encima, aunque eso sí, si estoy en el trabajo es posible que no lo conteste y fuera de este horario, lo pongo en silencio a mediodía y en modo avión por las noches. Así que como veis, soy una persona bastante desconectada de la red.
Muy pronto aprendí a conectar el ordenador al teléfono móvil y navegar con él por una Internet aún bastante imberbe, o por lo menos bastante diferente a como la conocemos hoy. También tuve una línea de fax móvil, principalmente porque quería saber cómo funcionaba y si era posible. Quitando de algunas personas de la élite empresarial, seguramente sería yo uno de los pocos don nadie que sabía y podía hacerlo. Poco tiempo después instalé una de las primeras líneas RDSI en mi habitación. Aquello me permitió hacer algunos cursos on-line. Después me mudé y sólo me conectaba a Internet con el ordenador a través del móvil. Con 1Gb tenía de sobra para publicar en mis bitácoras, consultar el correo y buscar algo de información en la red.
Ahora ya tengo fibra en casa y 2Gb de datos en el móvil. Con lo que me ofrece mi operador, con una modesta tarifa tengo mucho más que suficiente. Todo entra en el paquete ofertado, pero lo cierto es que yo no necesito tanto. Muchos se sorprenderían preguntándose qué se puede hacer con un ordenador sin Internet, pero para mí lo cierto es que mucho: escribir, dibujar, maquetar libros, hacer carteles y dípticos, editar vídeos... Quizá empecé muy pronto a estar conectado a la red y por esto me conecto prácticamente para lo mínimo, para documentarme sobre algo concreto, descargar el correo o publicar en mis bitácoras o hacer algún curso de mi interés, siempre tratando de hacer todo lo posible sin depender de la conexión a la red. Así pues, si alguien espera encontrarme entre las redes sociales o en el conocido y ampliamente utilizado programa para chatear desde el móvil, lamento informarle que soy una persona bastante desconectada de este mundillo. Me conecto únicamente de forma muy puntual cuando tengo una determinada tarea que llevar a cabo o una consulta que hacer en la web. La mayor parte del tiempo tengo los datos deshabilitados en el móvil y con mi ordenador personal, trabajo casi siempre desconectado de la red. De modo que si por casualidad a alguien le urge enviarme un mensaje, le informo que se olvide de los SMS, chats de mensajería instantánea, correos o redes sociales y me llame al móvil, que lo suelo llevar casi siempre encima, aunque eso sí, si estoy en el trabajo es posible que no lo conteste y fuera de este horario, lo pongo en silencio a mediodía y en modo avión por las noches. Así que como veis, soy una persona bastante desconectada de la red.
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