lunes, 16 de enero de 2017

SEX AND ME

Ya he comentado en más de una ocasión los principales motivos por los que escribo novela erótica, que giran en torno a un reto personal con un concurso determinado del que igualmente he escrito en otras ocasiones, pero también he de decir que me gusta el sexo; disfruto con él aunque no siempre ha sido así.
Debo aclarar que nunca he sido una persona de esas que van de flor en flor o a la conquista de mujeres diversas por cuyos logros vanagloriarse después ante sus amigotes. Tampoco soy quién para dar lecciones de sexualidad ni una persona experimentada a la que le falten dedos en las manos para contar las parejas sexuales que haya tenido, pero soy una persona que me analizo a mí mismo, observo y escucho a los demás y siempre trato de superarme.
Siempre fui un chico tímido al que le apabullaba especialmente relacionarse con las chicas y además consideraba el sexo como un pecado, pasado del que ya estoy escribiendo en mi última novela. Pero con el tiempo y la vida en pareja, conseguí desprenderme de todo ese lastre ocasionado por mi carácter y las creencias de otros que me fueron inculcadas. Tal ha sido mi liberación en este sentido, que para mí en la sexualidad prácticamente no hay más límites que los que decidamos acotar en la vida conyugal. Me considero una persona de mentalidad muy abierta y tratándose del placer del sexo, todo tiene cabida, tanto, que incluso siento que es algo que trasciende más allá del cuerpo físico y de la mayoría de creencias y costumbres humanas.  Con esto percibo que soy una persona verdaderamente libre.
El sexo me parece algo fantástico, con lo que disfrutar, relajarse, aliviar tensiones, hacer ejercicio, experimentar, ser creativo y sentir el placer, pero sobre todo, lo mejor es compartirlo con la persona amada y poder experimentarlo con total confianza.
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lunes, 9 de enero de 2017

CÓMO ESCRIBIR UNA NOVELA: LOCALIZACIÓN

Siguiendo con la planificación de nuestro proyecto, es el momento de definir el marco geográfico en el que va a llevarse a cabo. Este podría tener un ámbito local, comarcal, provincial, nacional e incluso internacional, pero es necesario tener en cuenta que cuanto mayor alcance queramos abarcar, igualmente será necesario contar con los recursos necesarios para ello. Aquí podemos estas más o menos limitados dependiendo la vía elegida para su publicación o la editorial con la que finalmente se haga.

Por ejemplo, en el caso concreto de escribir una novela, puede resultar un tanto complejo definir una localización, más allá del espacio en el que nos dedicaremos a su redacción, un concurso o editorial concreta a la que presentarla, porque el ámbito final como mínimo, según el alcance de la propia editorial con la que se trabaje, este puede ser autonómico en el caso de escribirla en una lengua como el catalán, el gallego o el vasco o nacional, únicamente partiendo del supuesto de que no llegue a ser un éxito tal en las ventas que implique una traducción a diferentes lenguas y por tanto un alcance internacional. En este caso, así como la editorial, la temática, el público al que vaya dirigida, si esta ha ganado o no un concurso literario, el prestigio o reconocimiento del autor, etc, el idioma elegido será un factor muy determinante para el alcance de la novela.
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lunes, 2 de enero de 2017

UN TIPO EN APUROS

No soy persona que me apure demasiado. Es más, podría suceder un terremoto a mí alrededor y aunque faltaría probarlo realmente y espero que Dios nos libre de ello, creo que sería muy capaz de conservar la calma. Prueba de ello es que durante años fui voluntario en una ONG y acudí a diferentes accidentes en carretera, algunos de ellos bastante espeluznantes, pero fui muy capaz de mantener la calma y compostura y hacer mi labor con los heridos. También he hecho alguna extracción de sangre y soy donante y no me asusta ver fluir la sangre. Tampoco me inmuté ante hechos como que casi me atropellan mientras cruzaba un paso de peatones o cuando me explotó un mechero que me lanzaron a la cara, o cuando con la bici se me dislocó una rodilla de manera imposible y tuve el valor de ponérmela yo mismo al sitio, ni cuando alguno de los pacientes con los que trabajamos se han puesto agresivos y hemos tenido que llamar a la policía.
Aunque soy tímido, paradójicamente tampoco me considero una persona vergonzosa ni que tenga mucho de lo que avergonzarme. También practico el naturismo por lo que la desnudez humana para mi es algo completamente natural y permisible, pero a veces las cosas más banales e insignificantes pueden hacer que perdamos la calma, la compostura o nos avergüencen enormemente. Así, a lo largo de estos últimos años, podría resumir unas situaciones en las que me sentí apurado, avergonzado o muy incomodado.
La primera de ellas fue con esa galería fotográfica que traen los teléfonos y que de un vistazo muestra el amplio contenido de fotos que almacena en su interior. Estaba en un cumpleaños infantil de la hija de unos amigos y el padre se había quedado sin batería para grabar y tomar algunas fotos. No dudé en prestarle mi teléfono, pero la sorpresa mía se produjo cuando al abrir la galería apareció la foto de una chica desnuda que alguno de mis graciosos contactos había enviado por una conocida aplicación de mensajería instantánea. He de aclarar que no utilizo el móvil para acceder a ese tipo de contenidos y además soy bastante cuidadoso con estos detalles y borro enseguida cualquier contenido multimedia que recibo o genero con mi móvil como fotos familiares y demás, pero aún no había revisado esto aquel día y allí estaba la dichosa foto. La aparición de aquella imagen en el entorno en el que estábamos era de lo más inadecuado y aunque sólo fueron unos segundos, no supe qué decir, qué hacer o dónde esconder la cabeza. Me sentí realmente avergonzado.
Otra situación en la que me sentí realmente incómodo fue al querer cambiar de operador de telefonía con el incremento que sufrieron las tarifas junto al aumento de servicios que yo no necesitaba y sigo sin necesitar. Otro operador me hizo una oferta mejor e inicié los trámites para el cambio de compañía con una única llamada. Poco después mi operador igualó la oferta y decidí mantenerme con él. Así pues, procedía la cancelación del trámite con el nuevo operador dentro del plazo y de la forma indicada, pero este, con el que aún no había tenido línea, instalación, tarjetas SIM ni terminal o equipo alguno reclamaba un incumplimiento de permanencia que incluso derivó en cartas, llamadas y mensajes de un despacho de abogados. Yo que siempre he sido una persona honrada me veía como un moroso indecente. Con la primera llamada y la carta que me llegó después me puse muy nervioso. Me sentía estafado pero a su vez etiquetado como un delincuente perseguido por la justicia. Quise ir a la oficina de atención al consumidor, pero cuando pedí cita para este tipo de incidencias, me dijeron que estaban saturados con hechos similares y debía tener paciencia. El siguiente paso fue acudir a nuestro abogado y le quitó importancia, diciendo que facilitase su teléfono  los abogados cuando me volviesen a llamar. Alguna vez lo hizo una locución telefónica automatizada o incluso seis meses después de los hechos sigo recibiendo algún mensaje reclamando la deuda. No he podido facilitarles el teléfono de nuestro abogado y aún sigo esperando que me llame una persona y no una máquina. Al principio todo esto me apuraba mucho, me quitaba el sueño, me generaba un nerviosismo desagradable, pero por suerte esta situación ya no me incomoda.
La última situación se produjo estas navidades pasadas. Fui a aparcar y de pronto sentí como si una rama se arrastrase por debajo del coche. Al comprobar de qué se trataba, vi el parachoques de un viejo coche delante del que estaba aparcando en el suelo. Mi coche dispone de sensor de aparcamiento y había distancia suficiente. Ignoro si había algún saliente del mismo con el que se enganchase mi coche al pasar o este ya se encontraba en el suelo y lo acabé de pisar. Nunca antes había tenido un incidente similar con el coche. No dudé en poner una nota facilitando mi teléfono y enganchando el parachoques dañado con un alambre para que al menos su propietario pudiese desplazarse. Tan pronto como pude, informé a mi compañía aseguradora, pero pasaron tres días y no recibí llamada alguna. La lluvia llegó y pasé para ver si se había movido el coche y allí seguía mi nota, junto a otra enganchada en el parabrisas. Finalmente la propietaria del vehículo afectado me llamó y me dio las gracias por haber dejado mi teléfono. Al parecer otra persona había dejado otro papel con la matrícula de mi vehículo, quizá pensando que yo no habría puesto mi verdadero teléfono y habría tratado de escabullirme. Cabe dar las gracias por esta muestra de ciudadanía, que ojala se diese más a menudo, porque la propietaria del vehículo dijo haber tenido incidentes similares y los autores de los daños no se manifestaron ni dejaron rastro alguno. Tampoco hubo testigos en esas otras situaciones que yo también he vivido. Podría haberme escabullido tratando de lavar mi conciencia pensando que estaba en paz al obrar del mismo modo que otros procedieron conmigo o con la señora en otras ocasiones, pero yo no soy así y no pude dormir tranquilo durante dos noches.
Hay pocas cosas con las que me apure o que me quiten el sueño, pero para mí, la tranquilidad no tiene precio. Por suerte, soy una persona que vivo y duermo con la conciencia tranquila y bien a gusto. Con orgullo puedo decir que son estas las nimiedades que mayor intranquilidad me han generado.
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martes, 20 de diciembre de 2016

Feliz Navidad


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lunes, 12 de diciembre de 2016

CAPRICHOS

Hace poco hablaba de mi ajustada economía y si puedo parecer algo tacaño, pero también he de decir que pese a ello, eso no ha impedido que nos pudiésemos conceder algún capricho en casa, eso sí, únicamente ha sido posible a base de tarjeta de crédito pagando en cómodos plazos que no suponen un gasto adicional en nuestra economía. Con esta tarjeta estaba pagando la ortodoncia del dentista y algún implante, cosa inevitable si quería conservar los dientes en la boca durante algo más de tiempo. Era mi mujer la que esperaba un golpe de suerte o vender una casa cuya herencia comparte con sus hermanos para poder depilarse con láser más a largo plazo, pero los años han ido pasando y con la edad algunos de esos pelillos ya empiezan a tornarse blancos. Así que si pensaba hacerlo, tampoco era algo que pudiese postergar demasiado.
Por otro lado, en su día yo también sentí complejo por la cantidad de vello que poblaba todo mi cuerpo, que incluso llegó a provocar alguna burla de mis compañeros en el vestuario tras las sesiones deportivas de la escuela. Sólo con el paso de los años aprendí más o menos a aceptarme o a creer que lo hacía. Incluso yo mismo me permitía bromas con ello diciendo por ejemplo que si me pusiese un tanga fosforito, este no resultaría visible.
Fue mi mujer fue la primera en querer esquilarme y tras proceder a ello, quede maravillado de ver un cuerpo que en absoluto me parecía el mío. Como parte de un sensual juego de pareja, también me planteé la depilación y dado que el pelo del pecho ya adquiría el color de la nieve, antes de parecer un auténtico hombre de las nieves, decidí prorrogar algún tiempo la amortización que estaría pagando por los arreglos bucales al sumarle este capricho a los pagos hechos con la tarjeta de crédito.
Quizá el capricho de unos sea hacer un viaje en crucero, salir en la capitanía de las fiestas, comprarse un gran coche, desplazarse en un vehículo en vez de hacerlo a pie, renovar el mobiliario de la casa o una reforma de la cocina, ir de copas o a cenar los fines de semana, o a tomar café y desayunar todos los días en un bar, tener un móvil último modelo y con grandes prestaciones o incluso fumar en estos tiempos de recortes y subida de impuestos pero este fue nuestro deseo, nuestro capricho, obviamente en la versión más económica encontrada, cuyo importe total de los dos es casi como si de un implante más se tratase. Al fin y al cabo, son estos deseos o caprichos los que a menudo otorgan pequeños momentos de satisfacción en este mundo en el que vivimos.
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lunes, 5 de diciembre de 2016

CÓMO ESCRIBIR UNA NOVELA: RECURSOS HUMANOS

Siguiendo con la planificación de nuestro proyecto, es el momento de definir los recursos humanos con los que vamos a contar o que necesitaremos para llevarlo a cabo. Es importante recordar que la planificación del proceso obviamente podemos llevarla a cabo nosotros o delegar esta tarea en personal externo, pero en nuestro caso, siguiendo con todo lo anterior, nosotros vamos a participar tanto en la planificación como en la posterior ejecución. Así pues, la primera persona que contemplaremos en estos recursos humanos vamos a ser nosotros mismos. Para ello hemos de conocer la disponibilidad, formación, capacidades y limitaciones personales propias.
Obviamente nadie es capaz de hacerlo todo por sí mismo, con lo que siempre será necesario contar con otras personas para suplir aquello a lo que no lleguemos por nosotros mismos o que complementen o perfecciones nuestra labor.
A la hora de buscar a otras personas que vayan a participar en la ejecución del proyecto, en una época en la que las personas se miden por los títulos, es importante valorar la formación, pero sobre todo deberíamos tener en cuenta la experiencia y las capacidades personales, que a efectos prácticos, de trabajo real, siempre será más útil quien sepa hacerlo que quien tenga un título que acredita una supuesta formación teórica que te capacita para hacer una determinada tarea.
Además, no bastará solo con elegir a las personas que llevarán a cabo el proyecto, sino que es importante detallar las funciones y tareas particulares que han de acometer cada una de ellas. Esta es la parte más importante de la planificación y trabajar bien la organización de este apartado ayudará a garantizar una buena ejecución del proyecto.
Poniéndonos en nuestro ejemplo, el de escribir una novela, obviamente la primera persona que necesitaremos será el propio autor o escritor. Después también será necesario contar con los correctores de estilo y ortografía; un diseñador gráfico para la cubierta o ilustraciones que pueda contener el libro; otra persona que se encargue de la maquetación; montado el libro, también será necesario contar con quien se encargue de la impresión. Después tendríamos que ver quien se encarga de la distribución y la promoción.
Como podemos ver, hay mucho por hacer y por tanto es necesario contar con apoyo de otras personas si queremos llevar a buen término nuestro proyecto.
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lunes, 28 de noviembre de 2016

UN TIPO ALGO TACAÑO

UN TIPO ALGO TACAÑO
A veces me veo a mi mismo como una persona tacaña en tema económico o pienso que los demás podrían hacerse fácilmente esta imagen de mí, pero lo cierto es que mi economía familiar nadie la conoce mejor que yo y no somos una familia boyante de recursos. Es por ello que limitamos lo posible todo gasto que pueda salirse de lo cotidiano, dado que actualmente sólo trabajo yo en casa. Es cierto que teníamos unos pequeños ahorros de la época dorada en la que nuestra economía gozaba de mejor salud porque trabajábamos los dos, aunque en vez de destinarlos a cualquier capricho, ya decidimos que con este colchón queríamos dedicarles tiempo a los hijos y esta forma de crianza no se lleva demasiado bien si los dejamos en la escuela todo el día y los apuntamos al comedor escolar además de inscribirlos a varias extraescolares. Tampoco queríamos que nadie cargase a diario con ellos, porque al fin y al cabo nosotros decidimos tenerlos y cada cual tiene bastante con lo suyo. Así que con la maternidad, mi mujer se dedicó a la crianza y abandonó el mundo laboral, en primera instancia porque tampoco le concedieron un segundo año de excedencia para continuar haciéndose cargo del cuidado de la prole y tuvo que sacrificar su puesto de trabajo.
Sin ser una familia o una pareja que salga a menudo a comer o a cenar a un restaurante, ni tan siquiera de gama baja, o al cine de vez en cuando, o al bar a tomar un café, un refresco o unas tostadas, o que renovemos el vestuario,… nuestra economía sólo hace que menguar. Con el mantenimiento de un coche que ya tiene doce años y esperemos que dure otros tantos más, el pago de la hipoteca, seguros, luz, impuestos, gas, comunidad, dentista, teléfono y comida, ya no nos queda nada más con lo que permitirnos un extra. Es más, con todo esto ya entramos en cierto déficit. Podría ajustar el crédito de la tarjeta con la que he ido pagándome la ortodoncia y los implantes, pero no soy persona aficionada a los créditos y prefiero tener una cuota elevada para pagarlo pronto. Además considero que con la hipoteca y el dentista ya tengo suficiente y cuanto antes liquide el menor de estos, mejor, porque de hipoteca aún quedan unos años. De tenerlos, nuestros extras únicamente se limitan a comprarnos unas papas o unos bollos del supermercado algún fin de semana porque también somos de los que utilizamos la manta como único sistema de calefacción ahora que nos entra frío en el sofá, e igualmente nos movemos a pie todo lo posible y el coche lo utilizamos lo mínimo. Mi ordenador también va a cumplir 9 años y en las tareas de dibujo de los cuentos que tengo entre manos también va apurado. Pasa lo mismo con el móvil, que ya tiene más de tres años y al menos espero que sobreviva a la obsolescencia programada otros tantos más. Así que ya no tenemos mucho más por donde recortar si no es comiendo menos y eso que tampoco somos aficionados a la ternera, el cordero o los mariscos. Y aún tenemos suerte que la mayor parte del vestuario de nuestros hijos o incluso el mío se nutre de donaciones familiares y por el momento tampoco tenemos gastos de libros de la escuela, pero ellos van creciendo y tarde o temprano llegará.
Así que si alguien igualmente lo considera tras esta breve explicación, puede llamarme tacaño en voz alta, pero es algo que no me afecta lo más mínimo porque así es como esta mi vida y mi economía en este momento. Es más, como persona organizada que soy, tengo una detallada relación y planificación de ingresos y gastos mensuales y anuales de la que ni debo salirme y por ello tengo bien claro que si gastase más alegremente y sin tanto miramiento, la cuenta habría bajado mucho más de lo que lo ha ido haciendo a lo largo de estos últimos cinco años.
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lunes, 21 de noviembre de 2016

MIS APARIENCIAS ENGAÑAN

Para quien no me conozca, dependiendo de la situación en que me encuentre, le puedo parecer una persona muy seria, formal, tímida e introvertida, pero en otro momento o entorno igualmente podría parecerle muy extrovertido, gracioso, con un cachondeo constante o incluso con un carácter autoritario. Esto no quiera decir que soy una persona de ánimo muy variable o inestable. En realidad todos esos rasgos forman parte de mi personalidad, pero esta forma de verme se corresponde como ya he dicho al lugar o situación en que me encuentre y la relación que pueda tener con quienes me rodeen en ese mismo momento; si conozco o no a la gente, porque ciertamente podría decir que la timidez es mi faceta destacable y no me resulta fácil desenvolverme entre quienes no conozco, pero también soy una persona que a veces trata de luchar contra este rasgo de mi carácter.
En cuanto a mi vestuario puede referirse, como se decía en mi época de instituto, quizá a alguna persona también podría parecerle un poco pijo con ropa de marca (que han retirado mis cuñados o el yerno de una tía de mi mujer) y bien acicalado en ella. Pero de igual modo también podrían verme un tanto desgarbado, con ropa vieja o de chándal, unas zapatillas destrozadas (que me las pasa mi mujer para que acabe con ellas antes de deshacernos de ellas) y para además afeitar, imagen que en absoluto se parece a la primera.
Por traer alguna anécdota que explique mejor esto, recuerdo una vez a una compañera de clase que me encontró ayudando a pintar el almacén farmacéutico de mi tío y me miró con cara de mucho asombro, como si aquella no pudiese ser una tarea o un trabajo propio de la imagen que se había hecho de mí.
Igualmente una noche que salí de marcha con unos compañeros de una ONG tras acabar un curso que estábamos realizando en una lejana población, todos se quedaron a cuadros por mi soltura y capacidad desenfrenada de baile, que chocaba de manera brutal con la imagen que se habían hecho de mi en el entono en que hasta el momento me habían conocido.
De este modo, podría decir que soy un poco imprevisible o que rompo con los esquemas, patrones o casillas mentales que cada uno pueda hacerse de mí. Así que todos aquellos que se puedan haber quedado con esa primera imagen o impresión de mí, podrían quedar realmente sorprendidos o en estado de shock si me viesen en la faceta opuesta.
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lunes, 14 de noviembre de 2016

CÓMO ESCRIBIR UNA NOVELA: RECURSOS MATERIALES

Siguiendo con la planificación de nuestro proyecto, es necesario ver los materiales con los que contaríamos para llevarlo a cabo o aquellos de los que será necesario proveerse de un modo u otro. Estos serán los medios físicos concretos que nos ayudarán a conseguir determinado objetivo. Algunos de estos materiales pueden tener una duración o vida útil más o menos larga o permitir su reutilización en otros proyectos (por ejemplo instalaciones, vehículos, televisor, proyector, ordenadores) y otros, denominados fungibles, que serán de un uso más limitado o con una duración o aprovechamiento menor (cartuchos de tinta, bolígrafos, folios). En determinados proyectos, la adquisición de estos materiales es lo que realmente podría disparar el coste de nuestro proyecto, por ello es necesario optimizar su uso o aprovechamiento y prever en nuestro presupuesto no sólo su adquisición, sino el coste de mantenimiento que estos materiales pueden implicar (seguros, gasolina, recibos de luz, agua o teléfono…)
En el caso de nuestro proyecto, escribir una novela, podemos necesitar en primera instancia un ordenador, que obviamente irá conectado a la red eléctrica para funcionar. Igualmente necesitaremos el software para llevar a cabo nuestra tarea de escribir, corregir o traducir textos, u otro software para diseñar los elementos gráficos como la portada o alguna ilustración que pueda contener el libro y para su maquetación. También podemos necesitar una conexión a Internet o un carnet de acceso a una biblioteca para acceder a la información necesaria que nos sirva en el desarrollo de los personajes, lugares o trama. Además será necesario disponer de algún medio con el que tomar notas de manera ágil, como una libreta y un bolígrafo o un teléfono móvil. No debemos olvidar que será necesario disponer de un espacio en el que poder llevar a cabo la tarea, como una habitación o despacho, con su correspondiente mesa, silla y sistema de iluminación. Si es necesario realizar un curso de formación que nos ayude en la tarea de escribir, también requerirá sus correspondientes materiales como libros de texto, cuadernos, lápices, formulario de matrícula… además de los desplazamientos necesarios para asistir a las clases o la conexión a Internet si se trata de un curso on-line.
Escrita ya nuestra novela y llegado el momento de imprimir, será necesario contar con una impresora, folios y encuadernadora o podemos delegar esta parte en una imprenta. Con nuestra novela acabada e impresa, seguramente también nos tendremos que desplazar en coche, autobús metro o tranvía para presentarla a una editorial, para registrarla en el registro de la propiedad intelectual o para llevarla a la oficina de correos y enviarla a la convocatoria de un concurso, en cuyo caso también sería necesario su correspondiente sobre.
Con todo esto, ya tendremos un inventariado de los recursos materiales necesarios para llevar a cabo nuestro proyecto y nos permitirá sacar un cálculo de los costes necesarios que deberá reflejarse en el apartado de “presupuesto”.
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lunes, 31 de octubre de 2016

UN FORMIGUER (un hormiguero)



NÚMERO DE PÁGINAS:
16
TAMAÑO:
A4 (21x29,7cm)
IDIOMA:
Valenciano
DESCRIPCIÓN:
Cuento infantil sobre la vida en un hormiguero, en el que los niños y niñas han de fijarse en todos los detalles y los diferentes insectos que se mueven alrededor de este hormiguero tan particular. A partir de 4-5 años.
PUEDES CONSEGUIRLO EN ESTOS ENLACES:


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SINOPSIS:
La jornada empieza en un hormiguero y las hormigas salen a recoger comida para cuando llegue el invierno. Además, diferentes insectos se mueven entre la hierba alrededor del hormiguero. Las hormigas se topan con un pequeño problema pero lo solucionan juntas y cuando llega el invierno, tienen para comer algo especial.
PUEDES VER Y DESCARGAR EL LIBRO EN:
*El número de páginas corresponde a la edición en papel y puede variar en los libros electrónicos
*Los precios pueden variar en función del cambio de divisa
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